El café didáctico empieza sin azucar, ni leche, con apenas unos gramos de café para colmo descafeinado, el camarero además se acaba de marchar, ay! ya no aguantaba más en la barra del pequeño bar.
Llega la autoridad en temas de café, investiga al rededor de la cafetera, pregunta en el supermercado, en la tienda de ultramarinos, en la cafetería de al lado, analiza y da un veredicto.
Empieza su diserción por la planta, indaga y consulta sus fuentes, el agua de la que se nutre es la primera conclusión. El agua es la orientación que guía estas pesquisas. Y al agua van las primeras sorpresas, en forma de pruebas, de contaminación.
Los residuos de las fábricas cafeteras contaminan las tierras y los ríos que las cobijan. Los niños y las niñas de las zonas fronterizas caen por efecto colateral, por irradiación furtiva, por cruzar el río, por saltar las vallas de los maizales. Aunque ni siquiera tienen noción de lo que es el café, ni han visto sus flores ni el fruto del que saldrá nuestra taza de café. No tiene taza. Ríen y juegan.
Vean y beban.
Al cruzar la frontera de la comunidad, la sabia de la naturaleza muerde en el estómago de los niños y niñas, acariciando el frescor de la boca, penetra hasta la barriga. Diarreas, hemorragias, muerte infantil.
Queda prohibida la producción del café, dicen los padres y madres de los niños y niñas indígenas. Pero nadie les escucha.
NO tienen claro que sea el café que toman en la ciudad. Ellos saben que más allá del maiz está la colina del café. Donde sus primos emigraron, para ganarse el jornal.
NO tienen médicos. Ni medios, ni miedos, no tienen medicamentos, ni armas de fuego, niños y niñas sin juego, no hay vida.
Sin café, इन मेमोरियन.
अहोरा बेबेरेमोस té
Ahora beberemos té.
El té didáctico viene del antiguo Ceylan, tierra de junglas manchadas de sangre. Ahora se llama Sri lanka, ya no es Anuradapura su capital, ahora es Colombo.
Los niños de las zonas fronterizas, viven acongojados, huyen con sus familias, vuelven a huir, unos Tamiles, otros Singaleses, otros Musulmanes, otros Europeos, otros Americanos. Todos acongojados.
pequeña gente haciendo pequeñas cosas, consigue grandes metas.proverbio africano
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