lunes, 2 de junio de 2014

el mundial de la educación

pequeña gente haciendo pequeñas cosas, consigue grandes metas.proverbio africano

Como el fútbol es el universo simbólico y metafórico con el cual más se identifican muchos brasileños, es normal que lo hayan utilizado para llamar la atención del Gobierno y del mundo sobre lo que, según ellos, no funciona en el país. En ese sentido, el Mundial ha sido revelador. Para denunciar, por ejemplo, esa forma de hacer negocios turbios con el dinero público. Sólo en la construcción de los estadios, el coste final ha sido un 300% superior al presupuesto inicial. Las obras fueron financiadas con dinero público a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), el cual confió la edificación de los estadios y las gigantescas obras de infraestructura a empresas privadas. Estas, con frío cálculo, programaron el retraso en los plazos de entrega, con vistas a realizar una extorsión sistemática. Pues sabían que, ante las presiones de la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA), cuanto más se retrasara la construcción, mayores serían los pagos adicionales que recibirían. De tal modo que los costes finales se triplicaron. Las protestas denuncian esos sobrecostes efectuados en detrimento de los precarios servicios públicos ofrecidos en educación, salud, transporte, etc.

No hay comentarios: