La siguiente interrogante suena a estruendo, ¿Dónde nos
refugiamos ante una guerra, ante una catástrofe? En la Educación Responsable,
en el conocimiento que surge de un juego y en la voluntad moral que es fácilmente
asumible como identidad propia, pues no es familiar, cercana, común, de ahí que
sea fácilmente manipulable. Andémonos pues con ojo, que viene la publicidad
engañosa, la oferta irrenunciable, la ganga y el 2x3 , cambiemos tristezas por
felicidad como estado de nuestros teléfonos inteligentes. Desgraciadamente, esa
no es la solución.
La tercera premisa o ecuación es; pequeña gente haciendo
pequeñas cosas, consigue grandes metas. Se trata de acercar y aumentar el grado
de consciencia individual, a nivel de consumo responsable, estilos de vida
saludables, y experimentar en uno mismo cuando está en armonía con los demás,
cuál es su grado de felicidad, por ejemplo, hay factores que nos son propios,
como el medioambiente, y momentos como este, en el que el medioambiente está
sufriendo una tortura continua, en el patio del IES Gerardo Molina se libra una
batalla diaria con la basura, cuando se debería conocer cuán estupenda fuente
de energía es.
Acompaña el documental Historia del Consumo consciente. De
Héctor Conesa.
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